La gastronomía es una de las partes más importantes de un viaje. Los distintos platillos de los lugares que visitamos nos cuentan un poco de la historia del lugar. Sin embargo, sabemos que una buena comida debe ir acompañada de una buena bebida. Existen muchas bebidas prehispánicas de México que se usaron en ceremonias culturales. El pulque es ejemplo claro, pero hay muchas más.
Asimismo en México encontramos muchos ejemplos de bebidas que todos debemos probar al menos una vez en la vida. En cuanto a las que son alcohólicas, esta el famoso tequila que se lleva el primer lugar. Es típico ver en producciones internacionales a algún personaje consumir tequila cuando visita México. Por otro lado, el mezcal también es muy famoso. ¡Incluso tenemos una ruta dedicada exclusivamente a esta!.
Finalmente, el pulque siempre es elogiado por representar el mundo prehispánico. A pesar de su rechazo durante la primera parte del siglo XX, hoy es considerada la bebida de los dioses. Un regalo que dejaron a la humanidad para alcanzar la divinidad. No obstante, las demás bebidas, también son prehispánicas o ceremoniales y podemos encontrarlas en varias partes de México.
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El pox en San Juan Chamula
Ya hemos hablado sobre la misteriosa iglesia de San Juan Chamula en Chiapas. Que se caracteriza por su sincretismo religioso, una combinación entre el cristianismo y el pensamiento maya. Los rituales que se llevan a cabo dentro del desconocido interior de la iglesia, el pox juega un papel importantísimo. Ya que es una bebida ceremonial fundamental para los tzotziles de la zona. Los j’iloles (curanderos), lo usan en las ceremonias para poder acceder a la dimensión Yan Vinajel-Yan Banomil (Otro Cielo-Otra Tierra).
El pox es un destilado de dos ingredientes principales, piloncillo y maíz. Por su proceso de elaboración, en el que están presentes las cañas de azúcar de la región, el pox se considera dentro de la familia del aguardiente.
El balché de los mayas
En varias partes de la península de Yucatán y Chiapas se continua con la producción y consumo de balché. Su origen también es prehispánico y está relacionado con la salud. Los descendientes de los mayas continúan su consumo como parte de una ceremonia de sanación y de imitación a los dioses. Se dice que es la bebida sagrada más consumida en las ceremonias.
La bebida viene de la corteza del árbol del mismo nombre. Su proceso de elaboración consiste en hervirla varias veces, especialmente con agua de cenotes, para después dejarlo fermentar. Finalmente se le agrega miel, lo que le da un sabor dulce.
El tejate de Oaxaca
Foto del H. Ayuntamiento de Ocotlán de Morelos, Oaxaca
Toca el turno del estado de Oaxaca donde el tejate es muy popular. Especialmente entre los pueblos mixtecos y zapotecos. A diferencia de los mayas, que buscaban un estado de transe e iluminación. Los pueblos de la zona relacionan el tejate con ceremonias agrícolas. Antiguamente solo se consumía durante dos eventos importantes, la siembra y la cosecha del maíz. Lo que habla de la importancia de la naturaleza como el centro ceremonial, a diferencia de un panteón como el de los nahuas.
Se elabora a base de maíz, cacao, hueso de mamey y flor de cacao o rosita de cacao, lo que le da una textura muy refrescante y un sabor difícil de describir. No obstante, la bebida y la espesa espuma que lo acompaña son fácilmente reconocibles. Pero cuidado, es muy similar a otra bebida de Tlaxcala también conocida como cacao, son muy parecidas a la vista, pero su origen, uso e ingredientes son muy distintos.
El saká, la otra bebida de los mayas
Fotografía de Aldea Maya Xunáan Kab
Finalmente tenemos al hermano del balché, el saká. No por su origen temporal, sino porque también es muy difundido dentro la cultura maya, aunque para otros propósitos. El saká, al igual que el tejate, sirve como ofrenda a los dioses del monte. Especialmente a Chaac, el dios de la lluvia.
La elaboración de saká es a base de maíz nixtamalizado (es decir, cocido con una pequeña porción de cal, con la que se elaboran productos como tortillas o tamales) medio cocido. Posteriormente se endulza con miel de abeja o azúcar. Y así tenemos en nuestras manos otra bebida dulce y sabrosa.
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Como se puede observar, México tiene una gran oferta gastronómica, así como una enorme variedad de bebidas prehispánicas que podemos encontrar en algunas de las comunidades que Rutopía visita y recomienda. Hay para todo los gustos, desde el sabor dulce del balché, al sabor neutro del tejate, hasta “entrar en transe” con el pox.
Esta solo es una pequeñísima lista de todas las bebidas prehispánicas, sin ser necesariamente ceremoniales, que podemos encontrar y probar. Las demás las podemos descubrir nosotros mismos cuando nos animemos a visitar estas comunidades en vivo y a todo color.
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