De todos los animales emblemáticos que alberga México, la mariposa monarca ocupa un lugar especial. Aunque sea una de las especies más delicadas y pesa menos de un gramo, esta especie realiza cada año, sin ser arrastrada por los vientos, un viaje sin precedentes para llegar a nuestro país.
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Sí, tenemos la suerte de que esta larga travesía de miles de kilómetros de las mariposas termine aquí, en los bosques septentrionales de México, un país que por su clima y su vegetación es el hogar perfecto de las pequeñas mariposas, en particular en Michoacán, uno de los estados con riqueza natural del territorio. Cada año, entre los árboles que crecen en este sitio, se crea un santuario natural que les permite a estos insectos anaranjados acumular las reservas que necesitan para reproducirse y volver a cruzar el continente rumbo al norte.
Los bosques nublados mexicanos ofrecen un clima y una flora que se prestan perfectamente a la hibernación y reproducción de la mariposa monarca. Encuentran aquí el microclima que garantiza su supervivencia: están protegidas del viento y el nivel de humedad es ideal. Los árboles de oyamel, gracias al calor que emiten sus ramas, les proporciona energía y reservas de grasa. De noviembre a febrero, las mariposas nos ofrecen un espectáculo irreal que hay que ver una vez en la vida.
La migración de la mariposa monarca
Cada año, la mariposa monarca emprende con sus alitas delicadas un viaje impresionante de 4mil kilómetros. Empieza su recorrido en otoño desde Canadá, cruza el noreste de Estados Unidos y termina en las montañas de México alrededor del Día de los Muertos. A principios de la primavera se inicia su retorno al norte, por lo que estos primeros meses del año son el momento perfecto para apreciarlas.
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Este espectáculo es único por cientos razones. Vale la pena destacar, ese color naranja de las monarcas que hace que su vuelo parezca una gigantesca nube de color ocre que es casi poética. También ese instante en el que las mariposas se posan en las ramas y parecen enormes ramos de flores acariciados por el viento. Lo árboles son su casa y ellas en pago les dan vida.
Para que las podamos ver, las monarcas recorren hasta 120 Km al día. Se estima que cada año llegan entre 100 y 200 millones ejemplares. Por supuesto, una sola mariposa no puede hacer todo el camino, para lograrlo se necesitan cinco generaciones valientes que recorran juntas el camino.
Aún en pleno siglo XXI resulta un misterio dónde y cómo adquirieron su fabuloso sentido de orientación, lo que sí sabemos es que para que su milagro siga vivo es esencial que pueda desarrollarse en su entorno natural.
México, un refugio valioso para la mariposa monarca
Es por eso que México, como refugio natural de la mariposa monarca, toma desde años medidas para garantizar su conservación. A propósito de esto, desde hace varios años se ha establecido reservas y áreas protegidas para preservarlas como el Parque Ecoturístico Corral de Piedra que colinda con la área de hibernación del santuario de Piedra Herrada en el estado de México o la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca en Michoacán, una de las tantas rutas que se pueden hacer con Rutopía.
El Plan de Acción para la Conservación de la Mariposa Monarca en México 2018-2024 del gobierno mexicano tiene como propósito lograr una mayor ocupación de bosques por esa especie.
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La migración de las mariposas monarcas disminuye considerablemente. Más del 90% de la población de esa especie desapareció en la última década. Con nosotros, observa las mariposas en su hábitat natural para entender su fragilidad y, a tu nivel, ayudar a preservarlas.
¡Vive una experiencia mágica y conecta con la naturaleza!
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