Trasladarnos a nuevos lugares es un remedio popularmente sugerido para lograr que alguien cambie o mire distinto las cosas. Por eso dicen que no regresa la misma persona después de un viaje.
La escuela peripatética (en griego significa pasear) que fundó Aristóteles, seguía este principio; la tradición consistía en que los alumnos discutieran temas filosóficos con su maestro mientras daban un paseo por el jardín. Creían que el movimiento de sus ideas se beneficiaba a la par de que ellos se movían. Los viajes o incluso la acción de pasear provocan nuevos estímulos: que empecemos a conocer otras cosas y que nos relacionemos distinto con el mundo porque salimos del hábito y llegamos a improvisar.
Viajar no es sinónimo de buscar la comodidad, sino de retar a tu mirada, desacostumbrar el cuerpo y la mente, casi como si reseteáramos las últimas rutinas que nos hemos impuesto —no importa durante cuánto tiempo— mientras conocemos otras formas de vivir.
Para lograr esto y por la necesidad de ayudar a otras realidades ajenas a la nuestra, existe Rutopía
Se trata de una necesidad doble:
- La de las comunidades: compartir sus culturas ancestrales, su espacio natural lleno de origen y desarrollarse como nuestros maestros a cambio de un pago que les ayude a mejorar sus condiciones económicas para también preservar su lugar.
- La de los viajantes: descolocarse de su cotidianidad mientras visitan lugares diferentes, revalorar lo que existe lejos de ellos formando parte, aprender de la gente e involucrarse con la naturaleza.
¿Qué es viajar sin trasladarse? Moverse en tiempos de SARS-COV 2
Nadie estaba preparado para vivir una pandemia. Si motiváramos las consecuencias de hacer un viaje desde adentro nuestras casas, podríamos mover nuestro interior buscando el entendimiento de nosotros mismos y de otras realidades. Hoy podemos seguir cambiando a pesar de que el paseo sea limitado porque seguimos en movimiento. Tú que te has quedado en casa también empiezas a habitar distinto tu espacio aunque se trate del mismo. Las oportunidades son diferentes por ahora, pero no invitan a la inmovilidad sino a estar más activos en espíritu y consciencia sobre nosotros y los demás.
Sigue apoyando a nuestras comunidades que no se excluyen de esta crisis, desde la empatía. Puedes seguir buscando descolocarte aun estando en medio de cuatro paredes y generar todas esas conexiones que en el momento en el que vuelvan a ser físicas, nos unirán más. Podremos ir a los pueblos, a los valles, las selvas y bosques de nuestro país; a cocinar con la instrucción de Doña Juana y aprender el oficio del Señor Pepe.
Desde la empatía trata contigo porque lo nuevo que hay que conocer en medio de esta pandemia es a ti mismo. No te olvides de que Rutopía atraviesa sigue en movimiento también, atravesando esta pandemia de mano tuya y haciendo un círculo con las comunidades que dan vida a este país.