Más allá de los lugares conocidos, del mar, de las ruinas mayas, Quintana Roo está lleno de pueblos desconocidos, casi secretos, que se esconden en la inmensidad de la selva. Un ejemplo maravilloso de esto son las cuevas de Nuevo Durango.
Y es que con tantos sitios que hay por conocer en este estado, a veces se nos olvida que estamos en el corazón de una jungla. Una selva única en el mundo que fue el hogar de los mayas durante siglos y su secreto para que se desarrollaran y se convirtieran en un imperio.
Nuevo Durango
Los mayas dejaron tras ellos una herencia que está más viva que nunca. Un legado, fragmentado en pequeñas ciudades, que en estos días se puede contemplar de cerca en Nuevo Durango; un pequeño pueblo de Quintana Roo. Con tan poca población –poco más de 200 habitantes– que su existencia puede pasar desapercibida.
En este sitio existen una serie de cuevas, desconocidas por la mayoría. Algunas fueron descubiertas por accidente, otras simplemente aparecieron en el paisaje, pero todas son un tesoro no sólo de los pobladores del pueblo, que se encargan de guiar a los visitantes por estas grutas., sino del país entero.
Ta’akbijá, Nuevo Durango
Para los que tienen un espíritu aventurero, esta cueva es la indicada. Tiene la peculiaridad de que para entrar a ella hay que descender a través de un rapel. La adrenalina del descenso mientras el viento acaricia el rostro será la cereza del viaje.
Recomendamos disfrutar de esta actividad en compañía de los guías locales. Ellos son los que impulsan el turismo en su zona, así que cuentan con todo para que la experiencia sea agradable y segura.
A’aktun Jaaleb, Nuevo Durango
Esta segunda cueva es para amantes de las formaciones naturales. En A’aktun Jaaleb se aprecia con claridad las estalactitas y estalagmitas (las estalactitas apuntan hacia abajo, y las estalagmitas hacia arriba).
Aquí los guías nos explicarán todo sobre este fenómeno. De cómo a través de millones de años la naturaleza regaló a los mayas estas formaciones que forman parte de su cultura y cosmovisión.
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Hay que destacar que Nuevo Durango no se limita a sus enigmáticas cuevas. Este pueblo también tiene otras atracciones entre las que se encuentran la Casa de los Insectos y diversos proyectos culinarios.
Los habitantes tienen mucho cariño por su tierra. Por ende, siempre buscan la manera de incentivar el turismo a través de lo que la naturaleza les ha dado.
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